Se trata del plan del Gobierno en su apuesta por el hidrógeno como vector energético, con el objetivo de obtener el 2030 hasta 4 GW de potencia instalada de electrolizadores a través de fuentes de energía renovables. Lo que representará un 10% del objetivo marcado por la Comisión Europea.
Asimismo, el Gobierno desestima la propuesta de las petroleras que habían demandado la producción de hidrógeno con fuentes fósiles, pero finalmente en la Hoja de Ruta se dedicará exclusivamente al hidrógeno verde.
Otro de los objetivos para el 2030 es que el 25% del consumo de hidrógeno industrial sea en forma renovable. En la actualidad la industria emplea prácticamente la totalidad de hidrógeno que se usa en España. La mayoría es hidrógeno de origen fósil, es decir, emplea gas natural como materia prima para su elaboración.
En la actualidad, en España existen tres estaciones de recarga de hidrógeno, una en Ciudad Real, una en Albacete y otro en Huesca.
El documento plantea una serie de 60 medidas, agrupadas en ámbitos de actuación. En primer lugar, se recogen actuaciones de carácter regulador como puede ser, entre otros, la introducción de un sistema de garantías de origen que asegura que el hidrógeno se ha producido a partir de energía 100% renovable. Un segundo capítulo está dedicado a las medidas de carácter sectorial para incentivar el uso de hidrógeno renovable y la puesta en marcha de proyectos en ámbitos como el industrial, el energético o el de movilidad.
Por este motivo, se creará una línea de financiación exclusiva para proyectos de la cadena de calor del hidrógeno renovable en los sucesivos Planes Estatales de Investigación Científica y Técnica y de Innovación.
Por último, se potenciarán nuevos núcleos energéticos de producción de hidrógeno renovable que contribuirán a evitar la despoblación rural y conseguir los objetivos del reto demográfico, en especial atención a las regiones de transición justa, es decir, allí donde han cerrado minas de carbón y centrales térmicas.